Frío y piel sensible

Frío y piel sensible

El frío puede ejercer una agresión directa sobre la piel sana y desencadenar o empeorar algunas enfermedades dermatológicas o afecciones de la piel, sobre todo en las pieles sensibles.

 

  • Cuperosis. La cuperosis es un estado de la piel que se caracteriza por un enrojecimiento persistente del rostro. Está relacionada con problemas de microcirculación en los vasos sanguíneos de la piel facial y se manifiesta con la presencia de telangiectasias (venitas visibles) en pómulos y aletas de la nariz. La cuperosis afecta sobre todo a personas con la piel sensible y con rosácea y puede desencadenarse por el frío y los cambios bruscos de temperatura (por ejemplo, al entrar en un ambiente caldeado por la calefacción). En IDERMA contamos con el láser vascular Cynergy y la Luz Pulsada Intensa (IPL) para tratar estas venitas visibles y las rojeces en la cara en las pieles con cuperosis.

 

  • Rosácea. La rosácea es una afección de la piel que causa enrojecimiento y la aparición de pápulas y pústulas. La cuperosis suele estar presente en los pacientes con rosácea. Las personas con rosácea se ruborizan fácilmente y tienen unos capilares muy sensibles al calor, por lo que deben evitar, en la medida de lo posible, los cambios bruscos de temperatura. También los climas fríos pueden actuar como desencadenante. La rosácea puede tratarse con los cuidados dermatológicos adecuados y con tratamientos dermoestéticos como el láser vascular Cynergy y la Luz Pulsada Intensa (IPL).

 

  • Dermatitis atópica. Las personas o niños con dermatitis atópica deben extremar el cuidado de la piel durante los meses de otoño e invierno. En esta época, hay más posibilidades de que se produzcan eccemas o brotes de dermatitis atópica como consecuencia de la sequedad causada por el frío, el viento y también la calefacción. Por este motivo, es muy importante que las personas con piel atópica tengan especial cuidado con la higiene (con baños cortos, jabones suaves y agua templada) e intensifiquen la hidratación estos meses de frío usando a diario y tantas veces como sea necesario, cremas emolientes en toda la piel.

 

  • Sabañones. Los sabañones son pequeñas inflamaciones que se producen en la piel como consecuencia del frío excesivo y que aparecen, sobre todo, en manos, pies y orejas. Suelen causar, además, enrojecimiento de la piel, dolor y picor. Es importante acudir al dermatólogo ante la aparición de las primeras lesiones porque, con el frío, puedan ir solapándose unos brotes con otros y corren el riesgo de infectarse.

 

  • Piel seca y descamación. Las partes más expuestas al frío, como son la cara y las manos, son las que más sufren las bajas temperaturas. En concreto, los labios, que tienen tendencia a deshidratarse y en consecuencia, se secan y cortan con facilidad. Por esta razón, en invierno es conveniente aplicar un hidratante labial con filtro solar.

 

Hay otras afecciones de la piel que, como mejoran en verano con el aumento de la exposición solar, en invierno suelen empeorar en muchos pacientes al estar menos expuestos al sol. Es el caso de la dermatitis seborreica y la psoriasis

 

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ANDREU MARTINEZ, RAQUEL

ANDREU MARTINEZ, RAQUEL

Especialista coordinadora de la unidad Láser de IDERMA y cuidado estético de la piel

MARQUEZ BALBAS, GEMMA

MARQUEZ BALBAS, GEMMA

Dermatóloga. Patología de Adultos y Pediatría. Cirugía Dermato-oncológica. Terapéutica Láser y Estética Dermatológica