Los beneficios del sol

Los beneficios del sol

Normalmente hablamos de los efectos negativos del sol para la salud, sobre todo para la piel, pero ¿cuáles son sus beneficios?

Los dermatólogos tenemos una responsabilidad muy clara en la prevención del cáncer cutáneo y como administradores habituales de los consejos que se dan a la población sobre los hábitos de exposición solar, promulgamos a nuestros conciudadanos que conozcan los efectos y riesgos derivados de esta exposición.

Del mismo modo, también reconocemos que la explosión al sol es necesaria y que tiene beneficios asociados. Estos son:

  • Tiene un efecto positivo sobre el estado de ánimo. Los rayos UV estimulan la producción de serotonina y endorfinas que son sustancias antidepresivas y relajantes.
     
  • Ayuda a dormir mejor. El sol tiene efectos sobre la melatonina, que es la hormona que regula los ciclos del sueño.
     
  • Mejora la inmunidad, ya que aumenta el número de glóbulos blancos y linfocitos.
     
  • Mejora ciertas enfermedades cutáneas como son el acné y la psoriasis.
     
  • Se encarga de sintetizar la vitamina D,  que es crucial para el correcto desarrollo y mantenimiento de nuestra estructura ósea, así como de otros procesos metabólicos de nuestro organismo. El síndrome clínica provocada por la deficiencia de la vitamina D se caracteriza por un reblandecimiento de los huesos, que es consecuencia de una calcificación inadecuada.
     

La vitamina D, la vitamina solar

La vitamna D también puede obtenerse a través de la dieta, pero hay que decir que la presencia en la gran mayoría de alimentos es nula o muy baja (la leche o margarina enriquecida), a excepción del pescado azul, que contiene una alta proporción de esta vitamina. No obstante, se tiene que admitir que en general, el consumo de este tipo de pescado no es muy habitual en la gran mayoría de personas.

Esto ha determinado que se genere una importante controversia en el mundo científico, sobre todo entre dermatólogos y reumatólogos, por si se ha de recomendar o no la exposición solar para garantizar los aportes de esta vitamina y el correcto mantenimiento de nuestros huesos.

En nuestras latitudes, las personas sanas, de mediana edad y el tipo de piel mediterránea que nos caracteriza, con una exposición de la cara y los brazos de 5-20 minutos a la radiación ultravioleta del sol (especialmente la tipo B), su organismo puede formar unas 20.000 unidades internacionales (IU) de esta vitamina. La estimación dice que se necesitan entre 1000 y 2000 IU diarias. Por lo tanto, con una exposición de 20 minutos cada 10 días, estas personas ya tendrían la dosis necesaria para un correcto desarrollo y mantenimiento de su organismo.

Así pues, parece claro que este no debe ser motivo suficiente para hacer una exposición al sol más allá de los tiempos mencionados. Y es que, ademas, estudios científicos han demostrado que el bronceado mantenido limita o evita la formación de la vitamina por lo que podría conllevar a un déficit de la misma.

Todo parece indicar que en personas susceptibles a tener roblemas con el aporte de esta vitamina (personas mayores, trabajadores nocturnos, regiones pobres de sol, etc.), más que recomendar la exposición solar sería más aconsejable ingerir alimentos con un rico contenido de vitamina D. 

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