
Estas sustancias suelen ser medicamentos, cosméticos o perfumes que la luz solar convierte en alergénicos, es decir, que desencadenan un proceso alérgico. A veces puede ser
Esta alergia al sol o fotoalergia provoca una respuesta inmunológica de hipersensibilidad que se manifiesta con eritema (enrojecimiento de la piel), exantema (erupción con granitos o ampollas) y picor intenso.
Para que se produzca esta fotosensibilidad no es necesario estar expuesto al sol mucho tiempo. La mayoría de veces basta con cinco minutos para empezar a notar los primeros síntomas.
Cada brote de alergia al sol suele durar entre una y cuatro semanas, tiempo en el que los síntomas van despareciendo siempre que se cese la exposición al sol.
Dentro de las reacciones de sensibilidad por contacto con la luz solar, existen también las llamadas reacciones fototóxicas. En estos casos, basta con ingerir o aplicar una sustancia química para que se produzca directamente una quemadura exagerada – con rojez, picor, erupciones o granitos – al entrar la piel en contacto con el sol. Las lesiones fototóxicas pueden afectar a cualquier persona, no son de naturaleza alérgica, afectan únicamente a la zona de la piel expuesta y pueden desaparecer dejando una coloración residual. Los desencadenantes pueden ser medicamentos, cosméticos, perfumes, sulfuro de cadmio (sustancia que se utiliza en los tatuajes), y diversos productos industriales.
También puede existir un factores internos como se da en el caso de la porfiria, enfermedad que se caracteriza por una alteración metabólica del hígado que produce lesiones cutáneas por exposición solar.
Es muy importante que las personas con pieles muy sensible o propensas a las alergias extremen las precauciones a nivel de protección solar.
Ante cualquier síntoma o sospecha de padecer una reacción alérgica o de sensibilidad al sol, se debe acudir al dermatólogo.