
Los tratamientos de rejuvenecimiento facial actúan contra estos signos de la edad y permiten:
- elevar los tejidos subcutáneos y reponer volúmenes
- eliminar líneas de expresión y arrugas
- mejorar la calidad de la piel del rostro y su hidratación.
También puede corregirse al mismo tiempo otros signos del paso del tiempo como son las manchas, las bolsas oculares, el exceso de piel en el párpado superior, la flacidez del cuello o las arañas vasculares, entre otros.
De este modo se consigue una apariencia más joven y una piel revitalizada, actuando no solo en los signos de envejecimiento provocados por el paso de los años, sino también por el sol, el estrés, el tabaco o los hábitos alimentarios o cosméticos incorrectos.