El sol, siempre con precaución

El sol, siempre con precaución

El sol es la principal causa del envejecimiento prematuro y el cáncer de piel. No obstante, con la llegada del buen tiempo, muchas personas siguen persiguiendo el bronceado a costa de una sobreexposición al sol.

Todos los dermatólogos insistimos en la necesidad de seguir unas recomendaciones básicas para la protección de la piel. Campañas como la del Euromelanoma aumentan los conocimientos acerca de los riesgos del solpero está demostrado que ello no va siempre acompañado de un cambio de actitud en cuanto a los hábitos de protección solar por parte de la población. Quizás, porque los principales efectos adversos, al no presentarse de inmediato, se ignoran. 

Las principales precauciones a la hora de exponerse al sol deben ser: 

 

  • Se debe conocer el fototipo de piel de cada uno y consultar el índice de radiación ultravioleta en el que tendrá lugar la exposición solar. Hay que extremar la protección cuando los índices de radiación ultravioleta (UV) superen el nivel 5-6, habituales en verano. 

 

  • No se debería estar expuesto directamente al sol entre las 11 y las 16 horas y hay que recordar que, aunque esté el cielo nublado, el 70- 80% de los rayos UV siguen llegando a la piel. 

 

  • ​​​Las primeras exposiciones al sol deben ser progresivas y preferentemente en movimiento. 

 

  • Hay que extremar la precaución en las zonas del cuerpo más sensibles: cara, labios, cuello, cabeza, escote, senos, orejas y dorso de los pies.

 

  • Se debe evitar el uso de productos cosméticos que contengan alcohol (perfumes, colonias, desodorantes, after-shave, etc.) antes de la exposición solar, ya que pueden provocar la aparición de manchas. 

 

  • Durante el embarazo, tras el parto o cuando se toman anticonceptivos orales u otros medicamentos fotosensibilizantes, debe evitarse la exposición directa al sol y usar productos de alta protección por el riesgo de melasma.

 

  • Para prevenir el envejecimiento cutáneo se debería consumir una cantidad adecuada de fruta fresca y verdura. También pueden utilizarse complementos antioxidantes adicionales que contraresten el efecto de los radicales libres inducidos por la radiación. 

 

  • Los fotoprotectores sirven para protegerse del sol, no para broncearse o poder permanecer más tiempo bajo el sol.

 

 

  • Aplícate el protector solar de forma generosa sobre la piel limpia y seca y sin haberte aplicado previamente ningún perfume, cosmético ni maquillaje al menos 30 minutos antes de la exposición solar. 

 

  • Las cremas protectoras se debe reaplicar mínimo cada 2 horas o más frecuentemente si se presenta sudoración importante o si se realiza ejercicio. También cada vez que se salga del agua. 

 

  • Es recomendable llevar una gorra o sombrero. Las prendas más adecuadas son las de algodón, oscuras, poco porosas y secas.

 

  • Se deben proteger los ojos con unas gafas de sol que absorban la radiación ultravioleta.

 

  • Los recién nacidos y niños menores de 1 año, independientemente de su fototipo, nunca deben estar expuestos directamente al sol. Durante la infancia y la adolescencia las medidas de protección solar deben de ser más rigurosas.

  • Después de la exposición solar, la piel está deteriorada por el efecto del sol, el aire, la sequedad, el cloro o la sal, por lo que conviene ducharse usando geles suaves. A continuación, hay que aplicar una crema hidratante que nutra, refresque e hidrate la piel.

 

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