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No lo dejes para el verano que viene

No lo dejes para el verano que viene

Con la llegada del buen tiempo, empezamos a aligerar la ropa y quedan expuestas más partes de nuestro cuerpo gracias a los pantalones cortos, las camisetas sin mangas, los bikinis...

Es entonces cuando nos reprochamos no habernos preocupado antes del vello corporal, las varices, la celulitis, el sobrepeso, la grasa localizada o aquella parte de nuestro cuerpo con la que no acabamos de sentirnos a gusto. Y es también en ese momento cuando nos prometemos que el verano que viene no nos volverá a pasar y que nos ocuparemos de ello una vez pasadas las vacaciones.

A finales de verano y sobre todo en otoño e invierno, cuando la radiación solar es menos intensa y no vamos a estar expuestos directamente al sol, es el mejor momento para empezar con ciertos tratamientos de dermoestética o de cirugía estética. También porque algunos de estos procedimientos pueden requerir un tiempo de recuperación o ocasionar hinchazón o hematomas temporales que siempre serán más fáciles de disimular en esta época del año al estar la piel más cubierta.

 

  • Depilación láser. Una vez la piel deja de estar bronceada, se puede empezar con las sesiones de depilación láser. Es aconsejable realizar este tratamiento entre otoño, invierno y primavera, porque después de cada sesión son necesarias entre dos o tres semanas sin exponer la parte depilada directamente al sol.

 

  • Eliminar tatuajes. Gracias al láser Q-Switch (Affinity) actualmente podemos tratar diferentes tipos de tatuajes y colores. Se trata de un láser muy potente que minimiza el daño en la piel y el riesgo de cicatrices y consigue resultados muy satisfactorios.

 

  • Varices y arañas vasculares. Las varices y las arañas vasculares no solo suelen causar una incomodidad estética, sino que pueden provocar también molestias (hormigueo, calambres, dolor…) que suelen agravarse en verano. Los meses de frío son los más convenientes para tratar las varices y arañas vasculares, porque hay que evitar la exposición solar después del tratamiento. Además, el frio tiene un efecto vasoconstrictor y contribuye al cierre de los capilares que han sido tratados. Por el contrario, el calor los dilata y puede interferir con el efecto deseado.

 

  • Marcas, cicatrices y estrías. Cuando se trata de marcas, cicatrices y estrías, en algunas ocasiones es necesario emplear tratamientos láser que actúen en más profundidad. En el caso del láser CO2 fraccionado para marcas y cicatrices del acné, por ejemplo, el tratamiento debe realizarse cuando la radiación solar ya no es tan intensa para evitar que la zona tratada pueda decolorarse al exponerse al sol.

 

  • Peeling químicos. Otoño e invierno son las épocas del año en las que se pueden realizar peeling faciales más profundos como el peeling Obagi Blue Peel. También en el caso de los peeling de intensidad media, como el Obagi 3-Steps Stimulation Peel, es aconsejable realizarlo en meses en los que no habrá una exposición al sol directa. Asimismo, los peeling químicos superficiales son el tratamiento perfecto para sustituir las tradicionales ‘limpiezas de cutis’ durante estos meses para mantener el rostro libre de impurezas y estimular la regeneración de la piel.

 

  • Tratamientos corporales. La celulitis, la flacidez o la grasa localizada pueden tratarse en los meses de calor, pero algunas técnicas pueden causar hematomas o hinchazón durante unos días que pueden ser visibles, si vamos más ligeros de ropa. Además, son tratamientos que en algunos casos van a proporcionar resultados a medio plazo, por lo que es mejor poder planificar las sesiones con el tiempo suficiente. 

 

 

  • Cirugía Estética. Aunque pueden realizarse operaciones de estética en verano, es preferible que las intervenciones sean en los meses en los que no hace tanto calor ni hay una exposición solar directa. En primer lugar, el calor intenso dificulta que baje la inflamación de la zona intervenida, por lo que la recuperación se ralentiza. En segundo lugar, el sol puede pigmentar las posibles cicatrices y hacerlas visibles, así que en las semanas siguientes a cualquier operación, no hay que exponerse al sol de forma directa. Finalmente, la recuperación de cualquier intervención quirúrgica es más llevadera cuando las temperaturas son más suaves. 

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