
Ciertas patologías que afectan a la piel, al cabello o a las mucosas pueden tratarse con tratamientos farmacológicos, sin necesidad de recurrir a otros procedimientos dermatológicos.
El dermatólogo será en cualquier caso el profesional que, tras la exploración facultativa, prescribirá unos medicamentos, fármacos o cosméticos determinados, la dosis y la duración de la toma o la aplicación. Tras finalizar el tratamiento, podrá ser necesaria una nueva visita médica para determinar si se han dado los resultados esperados.