Hongos, ¿en verano hay más contagio?

Hongos, ¿en verano hay más contagio?

A pesar de la creencia popular, no existe evidencia científica que relacione un mayor contagio de hongos (micosis o tiñas) durante el verano. De hecho, los hongos están presentes en la mayoría de personas adultas, aunque no se manifiesten.

Lo que sí se produce en la época estival es un aumento de los síntomas debido a las altas temperaturas, una mayor humedad y la oclusión producida por la ropa o los zapatos. Estas tres circunstancias juntas son caldo de cultivo para los hongos, que pueden proliferar lo suficiente como para ocasionar molestias (picor, escozor, piel roja, ampollas…).

En el caso de la infección por hongos conocida como ‘pie de atleta’, el hongo responsable es contagioso, y aunque en algunas personas este puede estar presente en la piel sin producir síntomas, en la mayoría de ellas, representan una nueva infección y los síntomas se manifiestan cuando aumentan las condiciones ideales para este tipo de hongo (usar calzado cerrado, no secar bien los pies y mantenerlos húmedos por un periodo prolongado, sudar mucho o tras una lesión menor en las uñas o la piel).

Por el contrario, los hongos que típicamente aparecen en la espalda y el escote en forma de manchas blancas (pitiriasis versicolor), son unos hongos que conviven con nosotros y, por tanto, no son contagiosos. Estos hongos, en determinadas épocas del año, sobre todo cuando más sudamos, se activan y producen las manchas blancas, que resaltan más con la piel bronceada. El grado de humedad que proporciona la ropa junto a las altas temperaturas hacen que los hongos causantes de estas manchas se manifiesten año tras año en las épocas estivales.. Los pacientes afectados por este tipo de micosis saben que el tratamiento los cura con bastante rapidez, pero que los síntomas reaparecerán el próximo verano y, por tanto, tendrán que volver a tratarse.

También se produce una situación similar en el caso de la vulvovaginitis por cándidas, una infección tan común que se calcula que el 90% de las mujeres la padece al menos una vez en su vida. Las cándida son parte de la flora normal de la vagina y del tubo digestivo, pero pueden proliferar con el aumento de la oclusión (y, por ende, la humedad y temperatura) al mantener puesto el bañador, sin secarse, durante mucho tiempo o al tomar antibióticos.

Así pues, ante cualquier sospecha de infección por hongos hay que acudir al dermatólogo en la mayor brevedad posible para que este pueda realizar un diagnóstico precoz y prescribir el tratamiento más adecuado según el tipo de hongo y la parte del cuerpo afectada. Afortunadamente, en la actualidad disponemos de tratamiento muy eficaces, capaces de eliminar la infección incluso en las localizaciones más problemáticas, como son las uñas.

 

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