Bótox, ¿cuál es su poder?

Bótox, ¿cuál es su poder?

¿Qué hace el bótox para que sea tan valorado? ¿Es realmente tan eficaz? ¿Qué precauciones debemos tener?

La toxina botulínica, conocida comúnmente como bótox, empezó a utilizarse como medicamento para relajar la musculatura en 1980 y no fue hasta 2004 que se aprobó, en España, su autorización para ser empleada en tratamientos de estética. Desde entonces se ha convertido en uno de los métodos más demandados para rejuvenecer el rostro. De hecho, en este periodo de tiempo, ha dejado de ser el secreto mejor guardado de muchas mujeres para convertirse en uno de los tratamientos más conocidos y empleados, a partir de los 35-40 años, cuando aparecen los primeros signos de la edad.

Pero ¿qué hace el bótox para que sea tan valorado? ¿Es realmente tan eficaz? ¿Qué precauciones debemos tener? A estas y otras preguntas queremos responder en estas líneas.

La toxina botulínica del tipo A (comercializada como medicamento únicamente con los nombres de Vistabel, Azzalure y Bocouture ) bloquea los músculos parcialmente, de manera que elimina o atenúa las arrugas de expresión, algo que antes era imposible si no se recurría al bisturí; además, sus efectos son casi inmediatos: en unos tres días se pueden notar los resultados y su efectividad es temporal, entorno a los 6 meses.

La duración del efecto depende del grosor de la piel, de la profundidad de las arrugas y de la potencia de los músculos faciales de cada persona. Así, en las personas con tendencia a gesticular mucho los resultados se desvanecerán antes. La repetición del tratamiento hace que su aplicación se distancie en el tiempo porque los músculos se contraen con menos fuerza y, por tanto, las arrugas tardan más en aparecer y son menos marcadas. Otras de sus ventajas son que las microinfiltraciones de bótox no requieren anestesia, es un procedimiento ambulatorio, no deja cicatrices y no es doloroso.

La técnica consiste en inyectar cantidades minúsculas con una aguja muy fina, en los puntos del rostro cuya actividad es excesiva, para relajarlos, de modo que se previene o suaviza la aparición de arrugas de expresión. Para que el resultado sea óptimo y el aspecto natural, es imprescindible que quien los practique tenga profundos conocimientos de anatomía facial y sepa cómo y qué cantidad de producto debe administrar a cada persona.

Las arrugas que responden mejor a este tratamiento son las que aparecen en la frente, el entrecejo y las patas de gallo, también las del cuello. La Dra. Cristina San José, de IDERMA, Instituto de Dermatología Avanzada del Hospital Universitario Dexeus de Barcelona, destaca que con el bótox  “se consigue un resultado espectacular, ya que únicamente desaparecen las arrugas de expresión no deseadas, sin alterar la expresión natural del paciente”.

Tras la primera inyección se puede volver a realizar el tratamiento una vez hayan remitido los resultados, generalmente pasados unos seis u ocho meses. Repetir en exceso el tratamiento podría ocasionar la formación de anticuerpos que anularían su efecto de manera definitiva, advierten algunos especialistas.

 

Artículo publicado en la Revista Salud Total

Artículo sobre el bótox, con la colaboración de nuestra especialista en medicina estética, la doctora Cristina San José

Comparte Este Post: