La protección natural de la piel frente al sol

La protección natural de la piel frente al sol

La piel es una estructura de nuestro organismo sabiamente diseñada para protegernos de las agresiones que recibe del exterior.

En especial, posee una serie de mecanismos de defensa que nos salvaguardan frente a la acción de los rayos solares.

Estos mecanismos son básicamente tres:

  • La melanina, cuya síntesis – promovida por los rayos ultravioleta solares principalmente de tipo A – constituyen una barrera de vital importancia que evitan, en gran medida, que la piel sufra quemaduras por la acción del sol. Asimismo, actúa neutralizando los radicales libres liberados por las células que han sufrido daño por efecto de la radiación solar.

    La presencia de melanina en la piel puede ser ‘natural’, sin un estímulo previo, o puede darse tras el enrojecimiento producido por la quemadura solar.

    Esta capacidad de sintetizar melanina está determinada genéticamente y es un factor racial, con lógicas variaciones entre personas de una misma raza.

    En función de la capacidad de sintetizar melanina, se definen 6 tipos de pieles comprendidos en la escala de fototipos humanos de Parrish. Cuanto menor es el fototipo, mayor la vulnerabilidad a los efectos negativos de la radiación solar.

    No obstante, estar moreno no es garantía de protección absoluta al los efectos perjudiciales del sol, solo lo protege de las quemaduras. La melanina no impide los daños que a medio y largo plazo ejercen los rayos del sol sobre la piel.
     
  • El sudor, cuya secreción es estimulada por el efecto calorífico de los rayos ultravioletas, contiene ácido urocánico que actúa como filtro solar por su capacidad de absorber la radiación ultravioleta.
     
  • La capa córnea, cuyo engrosamiento está inducido por la radiación solar y dificulta la penetración de los rayos ultravioleta. De hecho, los individuos asiáticos, aunque tienen menor capacidad de sintetizar melanina que los caucásicos, están más protegidos por el mayor espesor de su capa córnea, lo cual explica la menor incidencia de cánceres de piel.

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